USO Y ABUSO DE ALCOHOL EN ESCOLARES DE

NIVEL SECUNDARIO DE LIMA

Jaime Aparicio T.1

 

 

 

Se encuestaron 374 alumnos de un colegio secundario de una zona urbano-marginal de Lima. La población estuvo conformada por 62% de varones y 38% de mujeres, entre los 13 a 18 años de edad. La edad media del inicio del consumo fue de 13 años. La cerveza fue la bebida favorita. El promotor del inicio del consumo mayormente fueron los amigos  y luego los parientes. La primera embriaguez fue en promedio a los 15 años. Los lugares preferidos por varones fueron las fiestas y las mujeres prefirieron hacerlo en casa. El promedio del gasto para ambos sexos fue de 12 soles por vez de consumo.  Se discute la fácil accesibilidad de bebidas alcohólicas por parte de menores de edad (prohibido según ley), la presencia de consumo en los hogares y la vida cotidiana como factores importantes de estos resultados.

PALABRAS CLAVE: alcohol, adolescente, escolar. 

374 students of a secondary school of an urban-marginal area of Lima were interviewed. The population was conformed by 62% of males and 38% of women, among the 13 to 18 years of age. The half age of the beginning of the consumption was of 13 years. The beer was the favorite drink. The promoter of the beginning of the consumption mostly was the friends and then the relatives. The first intoxication went on the average to the 15 years. The places preferred by males were the parties and the women preferred to make it at home. The average of the expense for both sexes was of 12 suns for time of consumption.  You discusses the easy accessibility of alcoholic drinks on the part of smaller than age (forbidden according to law), the consumption presence in the homes and the daily life as important factors of these results.

KEY WORDS: alcohol, adolescent, student.


            El abuso y la dependencia del alcohol, a la fecha constituye un problema de salud pública en muchos países, siendo sus consecuencias más deletéreas los del tercer mundo (Smith R.,1982). Lo grave de este fenómeno es que se viene extendiendo en los adolescentes y la iniciación del consumo es a edades cada vez más tempranas (Perales A. ,1995).

En el Perú el alcoholismo constituye la primera dependencia a sustancias psicoactivas y sus efectos se manifiestan en el ámbito familiar, personal, social y comunitario (Saavedra-Castillo, A.,1994). Investigaciones realizadas con poblaciones de escolares reportan un consumo de bebidas alcohólicas que alcanzan cifras que fluctúan entre el 19 y el 94% . El inicio del consumo en esta población, en el Perú, oscila entre los 11 y 13 años de edad ( León F., 1989, Perales, 1996); en América Latina oscila entre los 12 y 13 años de edad (Ferrando, 1992); mientras que, en Estados Unidos, la edad promedio del primer consumo es de 11.9 en varones y de 12.7 años en mujeres. ( Kinney J. y col. 1997) .

Agrava más este problema, el hecho que la población adolescente muestra un crecimiento significativo. En América Latina, en 20 años, el número de jóvenes, se ha duplicado, variando de 38,5 millones (1960) a 73,3 millones (1980). En el Perú, en el área metropolitana de Lima, los adolescentes constituyen el 22% de la población total, según cifras del último censo nacional ( INEIP, 1994).

Los adolescentes tienen experiencia limitada en el desarrollo de habilidades de afrontamiento y están en una etapa de formación de un sistema de valores. (Morrinson s. y col.,1995). Por tanto, los jóvenes son más susceptibles a realizar actos impulsivos e ilegales, conductas arriesgadas y a adquirir enfermedades de transmisión sexual. Además, son más vulnerables a presentar la enfermedad de adicción, porque en ellos la progresión desde abuso hasta dependencia está acelerada en comparación con los adultos. También hay estudios que han demostrado que los adolescentes tienen más probabilidad de consumir también otras drogas debido a que el alcohol es considerado como una droga de entrada (Grau A., 1992).

Para comprender la vulnerabilidad de la adolescencia debemos también, definir lo que son conductas de riesgo. Según Silber la define como: “aquella potencialmente destructiva, dependientes de su inexperiencia y la incomprensión de las consecuencias inmediatas o de largo plazo de sus acciones” (Silber TJ. 1988). Paralelamente, se acepta la presencia de otros factores que neutralizan o impiden su acción, y se llaman factores de protección. Estos factores promueven la autoestima y la eficiencia mediante el desarrollo de relaciones interpersonales que dan seguridad, apoyo y crean oportunidades de desarrollo. El desequilibrio negativo entre estos dos tipos de factores aumentará el riesgo de consumo.

Dado que el alcohol y el tabaco son productos de comercialización legal, tienen fácil disponibilidad y son socialmente aceptados, los adolescentes y los padres a menudo creen que el consumo de estas sustancias son menos peligrosas que las drogas ilegales. De esta manera los progenitores no se percatan con rapidez del abuso del alcohol en sus hijos y tienden a juzgar de modo erróneo la magnitud del problema y a subestimarla (AMA, 1994).

Por otra parte, se ha observado que existen retrasos en el diagnóstico de abuso de alcohol y de otras drogas, en ello participan varios factores. En primer lugar los indicadores físicos que se observan en los adultos a menudo no son identificables en adolescentes, y regularmente se cree que el alcoholismo es un problema propio de adultos. El abordaje médico es de gran importancia, sobretodo, al tratar adolescentes y siempre se debe considerar el consumo de alcohol como causa posible de problemas de salud general, o emocional (Moss AJ, 1992). Con mayor frecuencia el abuso del consumo del alcohol u otra droga se diagnostica basándose en los cambios de conducta que muestra el adolescente.

El término uso de sustancias psicoactivas, se refiere cuando esto es esporádico o experimental y que puede mantenerse bajo una aislada o breve temporada sin que llegue a causar propiamente daño o alteraciones psicofísicas a la economía corporal. El término abuso de alcohol catalogado por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales y la Décima Revisión de la Clasificación Internacional de las Enfermedades, dice que las características del abuso de sustancias, es un patrón desadaptativo de consumo de sustancias manifestado por consecuencias adversas significativas y recurrentes relacionadas al consumo repetido. La actividad escolar y  laboral pueden verse afectados por los efectos de la bebida o de la intoxicación (ICD-10, 1992).

Las investigaciones epidemiológicas mediante encuestas sobre el abuso de alcohol son pocas y a pesar de proporcionar datos aproximados, han contribuido a identificar los factores de vulnerabilidad y protección del sector escolar. Sobre esta base se elaboraron los primeros programas de prevención del consumo de sustancias psicoactivas.

Ante el incremento de la drogadicción escolar se ha considerado necesario realizar un estudio previo del consumo de bebidas alcohólicas en esta población escolar. Para llevarla a cabo se ha tomado en cuenta paradigmas y lineamientos teóricos sobre el consumo se bebidas alcohólicas en adolescentes. El estudio tiene como objetivo la descripción  del uso y abuso de esta sustancia tanto en el sexo masculino, como femenino adolescente y analizarla.

La falta de un programa de prevención de consumo de alcohol en las escuelas peruanas deja a los adolescentes sin la orientación adecuada, lo cual contribuye a la permisividad ante la conducta de ingesta. En este estudio trataremos de elaborar conclusiones y recomendaciones para reorientar planes y estrategias tanto para el sector educación y de salud con la finalidad de disminuir el consumo en esta población. Finalmente es nuestro interés contrastar nuestros hallazgos con otras investigaciones que muestran al alcohol como una sustancia de alta prevalencia de consumo en el país.

 

MATERIAL Y METODOS

La presente investigación es de carácter descriptivo y de tipo transversal. Para llevarla cabo se tomó como universo muestral a 394 alumnos de la población de tercer, cuarto y quinto de secundaria, de un Centro Educativo de nivel secundario ubicado en una zona de clase socioeconómica medio baja del Cercado de Lima.  La encuesta se aplicó a los alumnos que asistieron a clases en el turno tarde del día 17 de Octubre de 1999.

Instrumento.- Se confeccionó un listado de preguntas apuntando a recoger información que permita cumplir con los objetivos del estudio y que también, describieran el perfil del encuestado.  La encuesta tuvo 10 preguntas que incluyeron: edad, sexo, edad de inicio del consumo, bebida de inicio, proveedor de la bebida de inicio, edad de  la primera embriaguez, bebida favorita actual, frecuencia del consumo, lugar preferido para beber y gasto económico por vez.

Técnica de recolección de datos.- La encuesta se tomó en forma simultánea a los 394 alumnos del tercer, cuarto  de secundaria que asistieron a clases el 17 de octubre de 1999. Previamente, se instruyó los profesores sobre el objetivo, la importancia de la encuesta y la forma de aplicarla, solicitándoles que el llenado de  las preguntas fuera completa. Se supervisó a los profesores en cada sección absolviendo además las dudas planteadas por los alumnos.

Tratamiento de la Información.- Una vez obtenida las respuestas, se procedió a seleccionar las encuestas que tenían los datos completos. De acuerdo a esta selección, se eliminaron 20, quedando 374 y que fueron ingresadas a una base de datos. Los datos fueron consolidados con ayuda del programa Excel para Windows 2000, obteniéndose tablas de frecuencias, así como otros datos estadísticos.

 

RESULTADOS

De la población encuestada 62% correspondió al sexo masculino y 38% al sexo femenino. Las edades estuvieron entre los 13 y 18 años. La edad más frecuente en varones fue de 16 años y el de mujeres 15 años de edad. Del total de encuestados, el 73.5% aceptó haber consumido bebidas alcohólicas en alguna oportunidad; de este total, el 40.8% respondió haberse embriagado en alguna oportunidad. En cuanto a la edad de inicio del consumo de licor fue manifestada por 284 encuestados, siendo el promedio de edad de 13 años. En varones el promedio de edad fue de 12.3 años y en mujeres 14.1 años (Figura No 1).

 

La moda de edad de inicio de consumo fue de 15 años de edad. Todos los varones de 16 admitieron haberse iniciado en el consumo, mientras que las mujeres alcanzaron esa totalidad a los 18 años de edad. De los que aceptaron haberse embriagado alguna vez (150 alumnos) la edad promedio fue de 15.1 años, ligeramente más temprano en varones y quienes además constituyeron el 69.3% de los que admitieron haberse embriagado, y en mujeres el 30.7% que también fue significativo.

De los 278 encuestados que dieron información sobre la bebida de inicio, 69.1% manifestó haberse iniciado con cerveza, seguido de vino con un 11.5%, sangría (bebida a base de vino) con un 4.3% y otras presentaciones 15.1% (Figura No 2). 

En cuanto a la pregunta sobre el iniciador o generador de la primera ingesta de bebidas alcohólicas respondieron un total de 276 alumnos; los amigos constituyeron el 68.1%, los parientes 29.7% (incluyendo los padres), y solitariamente lo hizo el 2.2%. Con relación al género se pudo observar que en varones, el 75% de la invitación fue hecha por amigos, y un 23.9% por familiares y 1.1% en forma solitaria; mientras que, en mujeres la primera invitación fue hecha por amigos 54.3% familiares 41.3% y 4.4% lo hicieron solitariamente. (Figura No 3).

En cuanto a la bebida favorita, el 39.6% de varones manifestó no tener ninguna preferencia, frente a un 39.2% de mujeres que manifestó lo mismo. La cerveza fue la bebida favorita en varones alcanzando el 40.6%, luego los “tragos cortos” ( cócteles, sangría, etc) con un 10.4 % y por último el vino 9.4%. En mujeres la bebida favorita fue el vino con un 21.7%, luego la cerveza con 15.2% y “otros tragos” con un 23.9%. (Figura No 4). 

 Con respecto a la frecuencia de consumo, se obtuvieron 274 respuestas (182 varones y 92 mujeres). Los varones consumieron menos de una vez al mes en un 47.3% frente a un 28.3% en mujeres. Dos veces al mes los varones consumieron en un 5.5% y un 6.5% en mujeres. Una vez a la semana llegaron a consumir el 9.9% de varones frente a un 2.1% en mujeres. Los varones que consumieron 2 veces a la semana o más alcanzó el 3.3% y en mujeres no se obtuvo ningún caso. Los que consumieron una sola vez el licor sin volver hacerlo fue un 15.2% en mujeres y ningún caso se obtuvo en varones.

En cuanto a los lugares preferidos para beber, los varones indicaron a las fiestas, (descritas como  ocasiones de reunión con un motivo definido) en un 42.7% a diferencia de las mujeres que prefirieron ingerir licor en las casa, de preferencia con familiares en un 34.8%. El segundo lugar de preferencia para los varones fueron las discotecas en un 25%, en cambio, las mujeres prefirieron consumir en las fiestas en un 32.6%. El tercer lugar de preferencia para el consumo en varones fue la casa con 14.6% versus las mujeres que prefirieron las discotecas en un 13%. Se observa que los bares y bodegas que son lugares donde se expende licor, se consume, pero no se baila, no fue un lugar de preferencia para el consumo. Se hace mención que entre los encuestados al respecto, los varones manifestaron no tener un lugar de preferencia en un 14.6% y entre las mujeres en un 13%. Un número reducido prefirió la vía pública para beber tanto en varones como en mujeres, menor al 10%.

En cuanto al gasto económico por vez de consumo el 56.3% de los encuestados manifestaron hacerlo y de estos el 86.2% correspondió a los varones. El promedio de gasto entre varones que tomaban fue de S/. 11.8 y en el caso de las mujeres  de S/. 14. El promedio general fue de S/. 12 por vez de consumo. La mayoría de las mujeres manifestaron de ser invitadas para consumir (76%), a diferencia de los varones que solamente el 28.1% no gastaba.

 

DISCUSIÓN

Los resultados hallados coinciden en algunos aspectos con otros estudios realizados en nuestro país y en el extranjero, sin embargo, se pone en evidencia la alta prevalencia del consumo entre los escolares, muy a pesar que existe una legislación que prohíbe la venta en dicha población (en nuestro estudio el 73.5% aceptó haber consumido en alguna oportunidad). El factor de capacidad de compra versus el de accesibilidad se contraponen, ya que mientras aparentemente la accesibilidad está determinada por la capacidad económica, en el estudio realizado se demuestra que éste no es obstáculo para que se produzca la conducta del consumo, puede explicarlo el hecho que sólo el 56.3% de los encuestados declararon comprar las bebidas alcohólicas, y -como es tradicional en nuestra sociedad- que las mujeres sean mayormente invitadas al consumo por el varón (75%).

En cuanto a la iniciación del consumo, la invitación por parte de los familiares, en muchos casos la torna inevitable, requiriéndose, por lo tanto, desarrollar estrategias educativas de orientación a las personas adultas (padres, docentes) para modificar los estilos de consumo, riesgo que se hace más manifiesto en el grupo de mujeres, cuya cifra alcanzó el 41.3%, mientras que en varones alcanzó a un 23.9%.

La legislación actual prohíbe el ingreso de menores de edad a locales de consumo del alcohol, a pesar de ello, se observa la proliferación de los llamados “chichódromos” que son lugares donde se organizan fiestas masivas y se constituyen en uno de los sitios que prefieren los escolares varones para consumir bebidas alcohólicas. Las mujeres prefirieron hacerlo en la casa y acompañadas de familiares; es de explicarse esta conducta por las diferencias de género que hace nuestra cultura.

La edad temprana de inicio que se muestra en la encuesta (promedio 13 años), está relacionada con el uso tradicional de bebidas alcohólicas, en las reuniones familiares, así como en las celebraciones sociales.

La cerveza es la bebida de inicio y de preferencia mostrada, esto puede deberse a que carecemos de restricciones a la publicidad de éstas, como ocurre en otros países; el segundo lugar lo ocupa el vino que es una bebida fermentada, y que en la zona de estudio existe gran oferta a precios bajos muchas, agrava el problema el hecho que muchas de estos productos son de elaboración artesanal y/o son adulterados. La falta de restricciones a la publicidad a las bebidas alcohólicas hace que esta se difunda en forma abrumadora e influya en los hábitos de consumo y en el inicio temprano del uso de alcohol de adolescentes tal como hemos encontrado en nuestro estudio.

En cuanto a la frecuencia de consumo es menester comentar que el 9.9% de varones llegaron a consumir una vez por semana y 3.3% 2 veces, dejando entrever que este abuso de alguna manera ha influido negativamente sobre el rendimiento escolar,  socio-familiar, etc. verbigracia, ser el hilo conductor hacia el consumo de otras sustancias psicoactivas.

 

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

1.- Del estudio se puede concluir que los planes y estrategias están orientadas a promocionar el consumo moderado o la abstinencia a través de medios informativos.

2.- Es necesario contrarrestar las campañas publicitarias que promueven el consumo.

3.- Realizar campañas de promoción para modificar los hábitos de consumo e inicio temprano del uso del alcohol en adolescentes.

4.- Implementar estrategias para aumentar los factores protectores y disminuir en lo posible los factores de vulnerabilidad que intervienen en la conducta del adolescente.

5.- Incentivar la utilización adecuada y positiva del tiempo libre, promoviendo actividades dirigidas a la población adolescente.

6.- Finalmente es necesario, la promulgación de leyes para regular y restringir la publicidad inapropiada y abusiva a la que está expuesta la población y en especial los adolescentes.

 

REFERENCIAS

American Medical Association. AMA. (1994) Guidelines for adolescents Preventive. Services Baltimores, Md, Williams & wilkins.

Ferrando D. (1992)  Conocimiento de uso de drogas en los Colegios Secundarios Encuesta Nacional. COPUID. Lima.

Grau A. (1992). Alcoholismo. 3ª. Edic. Editorial Barcelona.

Instituto Nacional de Estadística e Informática (1994). Compendio Estadístico.1993-94. Lima.

Jutkowitz J., Arellano R., Castro de la Mata (1987) Uso y abuso de drogas en el Perú. Monografía de Investigación No 1 CEDRO. Lima.

Kinney J., Leaton G., (1987)  Loosening the grip. A handbook of alcohol information. 3a. ed. St. Louis, CV, Mosby.

León F., Ugarriza N., Villanueva M., (1989)  La Iniciación y el uso regular de sustancias psicoactivas. Ministerio de Educación del Perú.

Morrinson S., M.D. FAAP, Rogers P., (1995). Alcohol y adolescentes. Clínicas Pediátricas de Norteamérica Nº 2.

Moss A.J., Allen K.F., Gavino G.A., (1982). Recent trends in adolescentes smoking, smoking undate correlates, and expectaciones about the future. Publication No (PHS).  Nº93-1250

Perales A., Sogi C., Bravo F., Ordóñez C., (1996). Salud Mental en adolescentes de 12 a 17 años del Distrito de Santa Anita. Inédita.

Saavedra-Castillo A. (1994) Epidemiología de la dependencia a sustancias psicoactivas en el Perú. Revista Neuropsiquiátrica  Nº 57.

Silber T.J. (1988). Riesgo y prevención en adolescentes, en crecimiento y desarrollo. Hechos y tendencias. Publicación  Científica No 510 OPS. Washington D.C.

Smith R. (1982). Alcohol and alcoholism. British Medical Jounal Nº 284.

World Health Organization. (1992).  The ICD-10 Classification of Mental and Behavioural Disorders: Clinical Descriptions and diagnostic guidelines. 10th. revision.  Geneva.

1 Médico Psiquiatra