
Una de las consecuencias más graves del consumo de alcohol en una gestante es traer al mundo un bebé que durante su vida presente trastorno de hiperactividad o problemas de atención y control de impulsos, los cuales se evidenciarán en la etapa escolar. Así lo alertó el psiquiatra Carlos Ordoñez, jefe del Departamento de Adicciones del hospital Hermilio Valdizán.